" que no te despedace el cierzo osado
ni marchite la helada rigurosa. "
A una Rosa
Señora de la selva, augusta rosa,
orgullo de septiembre, honor del prado,
que no te despedace el cierzo osado
ni marchite la helada rigurosa.
Goza más; a las manos de mi hermosa
pasa tu tronco; y luego el agraciado
cabello adorna, y el color rosado,
al ver su rostro, aumenta vergonzosa.
Recógeme estas lágrimas que lloro
en tu nevado seno, y si te toca
a los labios llegar de la que adoro,
también mi llanto hacia su dulce boca
correrá, probáralo, y dirá luego:
esta rosa está abierta a puro fuego.
Juan Crisóstomo Lafinur
Poeta, filósofo y educador argentino.
1797-1824
Arte: © Alexander Kuzovkov
"Biblioteca Gustavo Riccio"