"ah, entonces es cierto que no me imaginé, yo existo."
El Espejo Qué misteriosa soy
Mirarse en el espejo y decirse deslumbrada: qué misteriosa soy. Soy tan delicada y fuerte. Y la curvatura de los labios conservó la inocencia. No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo y no se haya sorprendido consigo mismo. Por una fracción de segundo nos vemos como un objeto a observar. A esto lo llamarían tal vez narcisismo, pero yo lo llamaría: alegría de ser. Alegría de encontrar en la figura exterior los ecos de la figura interna: ah, entonces es cierto que no me imaginé, yo existo. Clarice Lispector Ucrania-Brasil 1920-1977 "Biblioteca Gustavo Riccio"